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El ser humano tiene la capacidad de adaptarse y superar cualquier adversidad aprendiendo de ella para salir más fortalecido. Ciertamente, cuando algo cambia nuestra vida dramáticamente, nos encontramos a nosotros mismos provistos de una armadura que ni éramos conscientes de que existía, pero que siempre ha estado ahí, oculta en lo más profundo de nuestro ser. De pronto, nos volvemos capaces de todo, sacamos el valor y la fortaleza de donde haga falta y seguimos adelante.

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Si, el ser humano se adapta, aprende a sobrevivir con aquello que tiene y sin lo que ha perdido. No olvida, no deja de doler, pero se adapta. A veces incluso es capaz de quitar el “sobre” y simplemente vivir.

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Hay personas más optimistas que otras, más fuertes que otras, más valientes que otras… Pero todos somos arquitectos de nuestros pensamientos, por eso, aunque nos ocurra alguna desgracia que no podamos evitar, siempre podemos elegir como afrontarla.

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Yo he visto a personas resilientes, convivo a diario con ellas, a veces, hasta me he permitido tomar ejemplo. Por norma general son personas grandes, y no me refiero a tamaño, si no grandes de grandeza. Son especiales porque son auténticas, humildes y buenas personas. Quizás por eso sufren tanto, pero también por eso salen adelante.

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Hoy mis palabras van a todas ellas, que con su lucha se convierten en ejemplos a seguir y en el orgullo de todos los que las rodean. Hoy mis palabras van en especial a ti, que aunque solo te mereces cosas buenas, la vida te ha vuelto a poner la zancadilla. Puede que ahora solo sientas el dolor del golpe, que no tengas ganas ni de intentar volver a ponerte en pie, pero tienes muchas manos que estarán tendidas para que puedas apoyarte en ellas. Te levantarás y volverás a caminar como has hecho siempre y aunque la cicatriz estará ahí, la piel se irá regenerando sobre la herida que irás cosiendo con las agujas del reloj. Los recuerdos querrán convertirse en tu peor enemigo pero tú podrás transformarlos en tu mayor aliado. Nada ni nadie podrá quitarte lo que ya has vivido, ni lo que te queda por vivir.

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Si la vida te destruye, reconstruye.

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Resiliencia.

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