top of page

Son muchas las veces que en mi día a día me encuentro con personas que todo lo arreglan soltando frases tipo: “Hay tiempo, tenemos toda la vida por delante” o “Con el tiempo todo llega” o “El tiempo todo lo cura”. Y yo en mi fuero interno lo único que soy capaz de escuchar en ese momento es “Tic… Tac… Tic… Tac…”

​

Es gracioso, desde que nacemos nos creemos que la vida es muy larga, vamos por ahí posponiendo cosas porque tenemos todo el tiempo del mundo para hacerlas. Pero, si te dijera que mañana se acaba el mundo, ¿qué harías hoy?

​

Imagina por un momento que tu vida depende de un reloj de arena, al que hace años pusiste en marcha y que ya nunca más podrás volver a mirar. No podrás saber a qué velocidad caen los granos de arena, ni la cantidad que falta. Lo único que sabes es que un día cualquiera, sin tú esperarlo, tu tiempo se agotará. Pues bien, eso es exactamente lo que te está ocurriendo. Tú reloj lleva años en funcionamiento, cada segundo se va vaciando un poco más y puede que hoy, mañana o dentro de cincuenta años se pare.

​

Tic… Tac… Tic… Tac…

​

Nos pasamos la vida posponiendo nuestra felicidad, como si la felicidad en sí misma dependiera de una sola cosa: “Seré feliz cuando acabe mis estudios”… “Seré feliz cuando empiece a trabajar”… “Seré feliz cuando encuentre a alguien con quien compartir mi vida”… “Seré feliz cuando me case”… “Seré feliz cuando tenga hijos”… “Seré feliz cuando mis hijos sean adultos”… “Seré feliz cuando me jubile”…

​

Pues te contaré un secreto, la felicidad no existe, no si la sigues posponiendo. Tenemos que aprender a cambiar ese “Seré feliz cuando…” por un “Seré más feliz cuando…” Pero, sobre todo, tenemos que aprender a valorar cada segundo, por si se da el caso y no nos da tiempo a todo.

​

Tic… Tac… Tic… Tac…

​

Hemos convertido nuestra vida en una rutina, vivimos por inercia. Tenemos obligaciones, responsabilidades… ¿Y qué hay de lo que de verdad importa? ¿Por qué nos cuesta tanto diferenciar lo urgente de lo importante?

​

Si de verdad crees que la vida va a esperar por ti la llevas clara. ¿Qué quieres? Pues ve a por ello, porque nadie te lo va a dar. ¿Qué te detiene? ¿El miedo? ¿Miedo a qué? Miedo tenemos todos, pero lo que más miedo debería darte es que por no hacer lo que sea hoy, no tengas opción a hacerlo mañana. Que el mañana no existe, que solo tenemos este momento y si no lo aprovechamos nunca va a volver.

​

Tic… Tac… Tic… Tac…

​

Que no es cierto eso de que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, lo que pasa es que nunca pensamos que lo vayamos a perder. Dejamos las cosas y la vida en espera, como si fueran eternas, como si siempre fuesen a estar ahí. Pero, ¿y si un día te despiertas y ha desaparecido por esperar demasiado? ¿Y si contabas con un mañana que no existe, que nunca llegará? No se puede vivir dependiendo de un futuro incierto, el futuro sólo está en un segundo plano y nos da la posibilidad de proponernos metas, pero ninguna está garantizada si no vas a por ellas desde ahora mismo.

​

Ahora, recuerda, el ahora es lo único que tienes. No sigas esperando para dar ese paso tan importante o para decirle a esa persona lo que sientes o para demostrar la clase de persona que eres. No esperes más y échale huevos. Mañana puede ser demasiado tarde, mañana puedes despertarte siendo una persona vieja y cansada que no hizo nada y lo perdió todo.

​

Tic… Tac… Tic… Tac…

​

Tiempo… El tiempo es lo más valioso que tenemos. Ten por seguro que si alguien está dispuesto a compartir su tiempo contigo, te está regalando su posesión más preciada. Tiempo… Las cosas llevan su tiempo es una excusa barata que utilizan los cobardes para no afrontar el momento. No te conformes, no esperes, no te pares ni un instante, porque lo que hoy tienes asegurado, mañana puede no existir. Lo que hoy sabes con certeza, mañana puede haber cambiado. Lo que hoy es tuyo, mañana puede ser de otro.

​

Yo soy de las que piensan que la vida es muy corta como para estar perdiendo el tiempo, que las cosas no llegan con el tiempo si no cuando te las propones y luchas por ellas, y que el tiempo todo locura.

​

Tic… Tac… Tic… Tac…

bottom of page