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Quizás es porque estoy cansada de vagar sin rumbo,

De ser y estar a la espera de lo que nunca llega.

Tal vez simplemente se encogió mi mundo

Y me quedé sólo con aquello que merece la pena.

No me quedaron más palabras, más argumentos,

Perdí las ganas de pelear.

Dejé de lado los lamentos,

Abrí las alas y eché a volar.

Se agotaron los mañana, las mentiras,

Las excusas y las promesas incumplidas.

Silencio…

La soledad viene sin avisar.

Recuerdos…

De nada me valen ya.

Que placer,

Cerrar los ojos y desaparecer.

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